Como autor de este lienzo, al que he titulado "Silencio Gélido", mi intención fue capturar no solo la imagen de un paisaje invernal, sino la atmósfera y la emoción que este evoca: la quietud, la frialdad penetrante y la sutil belleza de la luz en un día de invierno. Quise transmitir esa sensación de un mundo pausado, envuelto en un manto de nieve.
He empleado el óleo sobre tela, permitiendo que la riqueza del pigmento y su capacidad para crear textura sean protagonistas. La aplicación de la pintura, especialmente en la nieve, es con un empaste deliberado, buscando simular la irregularidad y la acumulación de la nieve fresca, así como la forma en que la luz interactúa con sus superficies. Cada pincelada gruesa y visible es un intento de transmitir la corporeidad del paisaje.
La paleta de colores es dominada por los azules y blancos, que son la esencia del invierno. Los distintos tonos de azul en el cielo sugieren un día nublado pero con momentos de claridad, o el reflejo del cielo en la nieve. Estos azules, desde los más pálidos hasta los más intensos, aportan profundidad y una sensación de frío palpable. Los blancos no son puros; están matizados con toques de azul, gris y lavanda, reflejando las sombras proyectadas sobre la nieve y la manera en que el sol, aunque velado, tiñe sutilmente el paisaje.
Las sombras en la nieve, pintadas con azules más profundos y morados, no son meramente ausencia de luz; son elementos compositivos cruciales que dan forma al terreno, indicando la ondulación del suelo y la dirección del sol. Estas sombras crean un ritmo visual, guiando la mirada del espectador a través del campo nevado.
Los árboles, despojados de sus hojas, son elementos estructurales clave. Sus ramas desnudas, pintadas con trazos más oscuros y finos, contrastan con la amplitud de la nieve y el cielo. Representan la resiliencia del invierno, la promesa latente de vida bajo el letargo. He utilizado ocres y marrones sutiles para sus troncos y ramas, que contrastan suavemente con los azules, aportando un toque de calidez natural a la escena fría.
En el fondo, la línea de árboles más distantes, con tonos verdes azulados y ocres más apagados, sugiere la profundidad del paisaje y la transición hacia un bosque más denso. La atmósfera brumosa o la distancia los envuelven, suavizando sus contornos.
En "Silencio Gélido", mi objetivo fue evocar una experiencia multisensorial: que el espectador casi pueda sentir el frío en el aire, escuchar el crujido de la nieve bajo los pies y percibir la quietud que solo el invierno puede ofrecer. Es un homenaje a la belleza austera y serena de la estación, un momento de pausa y contemplación.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario